A
diario nos enfrentamos al mundo, algunos días son buenos otros no tanto, es
complicado hacer de nuestros días experiencias inolvidables, bien sea por estar
sujetos al devenir de las cosas, de las situaciones y obstáculos que aterrizan
sin previo aviso.
Nos
atemorizamos algunas veces a situaciones difíciles, sin embargo, siempre habrá
dentro de nosotros una fuerza, una motivación y ganas de enfrentarlas; de seguir encontrando
nuestra estimulación para continuar hacia adelante, somos seres persistentes y
en ocasiones tercos, una valiosa cualidad.
Redescubriendo
la cotidianidad es una deriva radial que precisamente permitió afrontarnos a
acciones que no se realizan con frecuencia, definitivamente es un reto, no
acostumbramos a saludar a cada una de las personas que pasan por nuestro lado,
simplemente caminamos pretendiendo llegar a nuestro destino.
El
poder regalar una flor y entregársela a la primera persona que encuentres, es
un acto de generosidad que es casi inexistente, no se puede considerar esta
acción como común y que se práctica a toda hora.
Por
cada acción que realizarás exitosamente, obteníamos una estrella simbólica,
considero que el propósito no es tener la mayor cantidad de estrellas, el propósito
y el regalo que dejó esta experiencia es conocernos y conocer nuestro
entorno, de mostrar la necesidad que hay en conocer nuevas personas, de
compartir un pequeño rato con ellas mientras
caminamos por las calles o viajamos en bus.
Todo
es posible si dejamos a un lado la pena, las inseguridades, el miedo; de esta
manera lograremos hacer de nuestros días, experiencias más significativas,
valiosas y quizás inolvidables.
OBTENIENDO
ESTRELLAS, OBTENIENDO EXPERIENCIAS.
El destino para
poner en marcha está experiencia fue Santa Rosa de Cabal.El frío no fue motivo para no lograrlo, por el contrario de alguna forma
se dio un clima tranquilo, apoyando la ejecución de la deriva radial.
No
fue una sorpresa aceptar los rechazos o las ignoradas por parte de los transeúntes,
como se dijo anteriormente, no es común que regales flores y saludemos a cada
persona que pase por nuestro lado; cuando nos trasladamos con la ayuda de un
medio de transporte como el bus, alguien puede abordar el bus, saludar muy
amablemente y muchos nos quedamos callados, el objetivo era cambiar dicho
aspecto, no solo saludar sino que entablar una conversación con alguien, lastimosamente
obtuve un rechazo al intentar relacionarme con una señora, de unos cincuenta y
tantos de años pero queda el aprendizaje.
El
color azul al igual que el verde son los colores que más me gustan, quizá por
el color del cielo, de los árboles, de la naturaleza, en fin de nuestra hermosa
tierra, de nuestra generosa papachama.
Llego
el momento de regalar abrazos, confieso que dar un abrazo, sentir el cuerpo de
la otra persona y su respiración, es muy agradable, aunque solo fue una joven
quien me acepto el abrazo, fue muy placentero sentir la energía de alguien que
no conoces.
Hablar
con acento español, lo considero sencillo, quizá porque a veces bromeo hablando
en dicho idioma, cumplí satisfactoriamente con está misión.
FIN
DEL RETO Y EL COMIENZO DE MUCHOS
Fueron
18 estrellas las que obtuve, fruto de momentos cargados de miedos, penas e
inseguridades, pero a la vez de aprendizajes, la importancia de compartir con
otros seres, de ser amables, de no andar vendados por las calles.
Ahora
solo quedará obtener más y más estrellas, así como las estrellas son infinitas las experiencias también lo son, solo radica en obtenerlas mediante la confianza y la seguridad.